El comercio marÃtimo mundial navega a un ritmo insostenible
Demasiados barcos nuevos para una carga cada vez más escasa. Las empresas navieras operan con buques más grandes para ahorrar sin que se genere carga suficiente para llenarlos. Este desequilibrio, que se agranda año tras año, ha provocado
el desplome de los precios y está llevando al lÃmite la rentabilidad de las operaciones del sector y de las navieras. Las empresas que ahorraron durante la época de vacas gordas intentan salir a flote con fusiones en un mercado ya de por sà en muy pocas manos.
Las que no, se han visto abocadas a la quiebra por la fuerte crisis que vive el sector en el comercio mundial.
La industria no se ha ajustado a la nueva realidad del sector. Si bien por primera vez en la historia el volumen del comercio marÃtimo mundial superó los 10.000 millones de toneladas, los envÃos se expandieron en 2015 un 2,1%, la tasa más baja desde el estallido de
la crisis financiera internacional. Por el contrario, la capacidad de la flota mundial creció un 3,5% en el mismo periodo. En el segmento de los contenedores la diferencia es aún más abrupta: mientras la carga crece a un ritmo del 2%, el tonelaje que los buques pueden
transportar un 8% más.
En el aumento de la oferta está el empecinamiento de las navieras en encargar buques más grandes ahorrar. Las grandes compañÃas apostaron por esta estrategia a mediados de la década pasada, con el precio del combustible en máximos y una rápida expansión
del comercio internacional como telón de fondo. El objetivo era aprovechar las economÃas de escala, es decir, lograr reducir los costes de transportar cada contenedor al aumentar la cantidad en cada trayecto.
En el auge y posterior declive de la demanda está, fundamentalmente, China. En menos de quince años, el gigante asiático multiplicó sus importaciones casi por siete, y las navieras ampliaron sus recursos para saciar este apetito. “La concentración del crecimiento
en China aumentó la vulnerabilidad del comercio marÃtimo a las fluctuaciones que afectan a la demanda y el desempeño económico del paÃs”, asegura la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD, en sus siglas en inglés), en su último
informe del sector.
Giro considerable
Esto se ha notado cuando el sostén sobre el que se apoyaba la industria ha dado un giro considerable: el gigante asiático ha pasado de crecer de casi un 10% anual en 2011 al 6,7% actual y su cambio de modelo económico ha hundido el transporte mundial de materias primas.
Especialmente significativo es el descenso del transporte de carbón (-6,9% en 2015, la primera caÃda en tres décadas) o el frenazo del de hierro (1,9% en 2015 frente al 12,5% de 2014).
Pero a pesar de la crisis financiera en 2009 y la ralentización china, las grandes navieras decidieron seguir con su estrategia de aumentar capacidad —el tamaño medio de los nuevos barcos ha crecido un 132% en los últimos siete años— y decidieron entrar en una guerra
de precios para arrebatar clientes a los competidores y llenar los buques.
Según datos de la UNCTAD, las tarifas por transportar un contenedor estandarizado de seis metros desde Extremo Oriente hasta Sudamérica, el Mediterráneo y el Norte de Europa han caÃdo en los últimos cinco años un 80%, 65% y 58%, respectivamente.
Con los precios actuales, las navieras apenas pueden cubrir costes. “El sector cree que barcos más grandes hacen sus compañÃas más competitivas porque reducen el coste unitario, pero las tarifas bajas hacen la competencia aún más intensa y alimentan un cÃrculo vicioso
del que es difÃcil de salir”, asegura Zhang Shouguo, vicepresidente de la Asociación de Armadores de China. Los nuevos barcos pendientes de entrega en los próximos años serán aún más grandes que los actuales.
Las consecuencias de este escenario empiezan a ser visibles. De las diez mayores navieras del mundo, siete han visto reducidos sus ingresos y solamente dos aumentaron beneficios en 2015. El sector está inmerso en una oleada de fusiones y adquisiciones para tratar de
reducir costes, pero la situación no ha mejorado. “Varias compañÃas están al borde de la bancarrota, por lo que su coste de adquisición es barato. Pero sin más autodisciplina, no creo que las fusiones puedan resolver todos los problemas”, apunta Zhang.
Esta concentración del sector abre una brecha entre los operadores de gran tamaño y los medianos y dirige la industria en la práctica hacia un oligopolio. Según datos del grupo BRS, las cinco navieras más grandes controlarán a finales de 2016 más del 50% del mercado,
comparado con el 23% que dominaban en 1996.
Muchos de los gigantes navieros tienen a sus espaldas el gobierno de su paÃs, bien sea directamente en su accionariado o mediante la concesión de ayudas públicas o lÃneas de crédito preferente de entidades financieras públicas. El Ejecutivo taiwanés, por ejemplo, acaba de
aprobar un paquete de rescate valorado en casi 1.800 millones de euros para evitar el colapso de sus gigantes navieros. Los operadores más pequeños, que carecen de esta protección, muy probablemente se enfrentan o bien a una absorción por parte de alguno de los
grandes o a la "expulsión" del mercado, es decir, la bancarrota, avisa la UNCTAD.